Cada año ingresan proyectos a la legislatura porteña algunos de los cuales se trasforman en leyes, después los vecinos se percatan que muchas ordenanzas o leyes no se cumplen, por el simple hecho de la falta de control o sanciones, es triste pero es una realidad, en la mayoría de los casos no se multa, nada se cumple, los ejemplos abundan en la ciudad, desde las colillas de cigarrillos, hasta el tema de los baños en restaurantes o bares.

La ordenanza 46.798, sancionada en 1993, dice de la obligación de permitir a cualquier persona el poder utilizar los baños, aunque no esté consumiendo algo en el lugar.

Sin embargo todavía se siguen encontrando carteles en las puertas de los sanitarios diciendo que los baños son solo para para los clientes, deberíamos interpretar esto como, si usted está apurado diríjase al árbol más cercano, lo cual para cualquier mujer se dificulta bastante.

Los dueños de los establecimientos se quejan de esta norma aduciendo que les llevan el papel higiénico, cuando muy pocas veces se encuentra, la mayoría de las mujeres lleva su propio papel en la cartera, precisamente porque la experiencia le dice que es poco probable encontrarlo en su lugar, otras de las quejas es que les ensucian los baños, ya que mucha gente en situación de calle se higieniza en los mismos y esto les origina un gasto extra en limpieza, todo un tema que tampoco está verificado que suceda en todos los establecimientos.

En el mes de abril de 2025 se presentó un proyecto para derogar la ordenanza 46.798, en el 2019 ingreso otro proyecto para permitir cobrar a los comerciantes por el uso de los sanitarios, por ahora ninguno tuvo éxito, tal vez si a cada persona que se sienta a consumir en un bar o restorán se le adicionara un pequeña suma para la limpieza de los baños, esto permitiría que todo aquel que lo necesite pueda hacer uso, no permitir que cualquier persona pueda ir al baño en mi modesta opinión me parece inhumano, sobre todo para las mujeres, adultas, embarazadas, etc.